Voy a hablar de algo que me irrita más que una orquesta de tizas chirríando contra una pizarra.
Hace unos años, un empleado de O'Reilly Media acuñó el término "web 2.0" para referirse a la evolución tecnológica y social que experimentaba Internet. Se pasa de tener de méramente un canal unidireccional (empresas, periódicos) a un canal multidireccional y en ambos sentidos (blogs, redes "sociales"). Puede ser fácil para no iniciados explicar que "2.0" expresa que es la continuación de algo ya existente pero, ¿qué pinta entonces el ".0"? Dos motivos: las versiones de las aplicaciones informáticas usan esa nomenclatura ("x.0" para una revisión mayor, y "x.5" para una actualización de lo existente) y, ¡para qué engañarnos!, queda francamente fashion.
La palabra clave en todo esto es "social". La nueva web 2.0 es "la Internet social", en la que el individuo que antes se limitaba a recibir, ahora comparte. ¿Qué comparten? La mayoria cuelga las fotos de su boda en Flickr, sube el vídeo en el que la suegra se cae bailando en la celebración a YouTube y escribe, no sin unas cuantas faltas de ortografía, sobre ese mismo día en su blog enlazando a las citadas imágenes y vídeo. Además, podrá recibir comentarios de sus colegas de oficina, amigos más próximos y... de completos desconocidos (cosas de la web social).
Pero el usuario 2.0 no es tan sólo un exhibicionista, también es un ser altruista que añade, corrige o vandaliza entradas de la Wikipedia en horas de trabajo (o que su trabajo consiste precisamente en eso). Después, mirará su correo mientras Google le ofrece publicidad personalizada basada en los datos analizados de dicho correo.
Sin embargo, la parte que más me escuece es cuando se crea una especie de club del 2.0 basado únicamente en la estética del sitio web. El "look 'n feel 2.0". Los diseñadores gráficos 2.0, carentes de imaginación, han tratado de trasladar la experiencia gráfica de la interfaz de usuario de Mac OS X a la web. Pero con toda traducción se produce una alteración del mensaje. El resultado no ha podido quedar más distorsionado, seguramente debido a la experimentación con alcaloides durante el proceso. Webs con colores hipersaturados, cajas con todas las esquinas redondeadas, chapas de bordes estrellados y el mantra "beta" repetido por doquier. Los programas en estado de desarrollo "beta" han ido acompañados siempre de una advertencia del estilo de "producto no acabado, usar bajo tu propio riesgo". Traducción (puede estar ligeramente distorsionada): no usar a no ser que no te importe perder todo lo que tengas en tu ordenador.
Lo peor de todo esto es que muchas páginas se han limitado a ofrecer más de lo mismo, pero con "una apariencia 2.0". Afortunadamente, los inversores, tras el pinchazo de la primera burbuja de Internet han sido más precavidos y esta vez no se han emocionado y lanzado a comprar humo. Ahora, como en cualquier otro mercado físico, sólo los productos/servicios que merecen la pena son adquiridos. Para mí, Internet no dio su paso a 2.0 con el meme de O'Reilly, sino que maduró tras lo que se aprendió del estallido de las puntocom. Tal punto de inflexión demostró quiénes aportaban a este mundillo realmente y sirve de referencia a quienes quieren introducirse en él.
blog sobre diseño y comunicación multimedia
domingo, 25 de noviembre de 2007
Web 2.0
Asunto/s: apple, comunicación, diseño, tecnologia, web
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