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domingo, 20 de enero de 2008

El último tren a Auschwitz

El lamentable y espantoso fragmento de Historia que supuso el Holocausto es algo que conocemos todos y que el mundo del cine (La lista de Schindler, El pianista, etc.) y otras artes visuales ya han recreado en varias ocasiones. Por ello, me limitaré a subrayar lo terrible que fue y pasaré a hablar sobre el film alemán.

El último tren a Auschwitz (Der letzte zug) no es una película. No es más que un ejercicio mal realizado de un alumno de la versión teutona de CEAC con pretensiones de convertirse cineasta. Y no me preguntéis de qué curso se trata, puesto que la película es tan mala que hasta tiene cambios de iluminación a mitad escena (cambio de día a noche).

El film empieza con varias secuencias en que se muestra la detención de las familias judías en Berlín. Sabemos que es en Berlín porque al principio te avisan de la localización textualmente, no por nada más (ni con el típico plano de mostrar un monumento reconocible de la ciudad). Las casas de las distintas familias parecen exactamente las mismas. Imagino que, debido a la carencia de presupuesto, usarían la misma cambiando los muebles de sitio. También por ese mismo motivo debe ser que el 90% de la película se desarrolle dentro del vagón de tren.

A la escasa variedad de escenarios, el autor de la obra puede aducir que es un gran admirador de Cube (película que se desarrolla enteramente en un cubo). Pues bien, Cube al menos tiene un argumento. Durante las 2 horas de metraje no pasa nada. Tampoco tenían dinero para un guionista y se limitan a repetir una y otra vez la misma secuencia: se mueren de sed, intentan escapar, piden agua al llegar a una estación. Por cierto, el autor debe de ser también fan de Lost (Perdidos), puesto que los únicos micro-fragmentos de película que te permiten conocer mínimamente a los personajes se desarrollan mediante oníricos flashbacks. Por supuesto, desaprovecha la oportunidad y no logra enganchar al espectador y hacerlo simpatizar con ellos.

La industria cinematográfica europea se lamenta constantemente de cómo las películas yankis acaparan las taquillas de los cines del viejo continente. Tras "En la ciudad de Sylvia" y la que hoy comento, no me interesaré mucho por el cine europeo. Pongo mis esperanzas en la británica "This is England".

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